Más allá del fin y del mundo

© Ana Zaldivar

Escrito por Marco Yanayaco

Las pequeñas presentaciones siempre han sido de mi preferencia porque permiten no solo conocer a la banda —lo cual ya es motivo suficiente para asistir—, sino también tener un contacto cercano y compartir con compañeros o amigos que sienten la misma pasión por la música. Esa cercanía aún me cuesta porque suelo ser alguien que rehúye un poco el trato con otros.

Sin embargo, gracias al empujón de mi compañera (Sasha) y el mismo espacio bastante generoso, pude no solo hacerle un par de preguntas a Fin del mundo —la banda argentina que nos convocó a esta noche musical—, sino entablar un poco de conversación casual en lo que fue la pequeña sesión en vivo.

Mucha buena onda, les preguntaron por algunas preferencias y recomendaciones, y por ahí salieron algunos nombres muy interesantes como American Football, Sonic Youth, etc. También cabe recalcar el buen recibimiento que tuvieron y cómo ha sido su experiencia de viaje tanto por Europa como ahora aquí en Latinoamérica.

Tocaron un par de sus temas un poco improvisando la batería en una tarola, pero eso me pareció tan entrañable que merecía destacarse; sin duda, había un cariño que desbordaba en el ambiente y eso se notó durante todo el evento.

También entre el público estaban integrantes de Kinder, Los membrillos, Umi Murasaki caminando y tomando algunas fotos. Una noche divertida con la presencia de medios y prensa, todo para registrar lo que sería la noche previa al evento.

Momentos así recomiendo no perdérselos ¡JAMAS!

Casi olvido mencionarlo, pude comprar su disco y que me lo firmaran. Muy agradecido por eso también con la banda y lo divertido que fue conversar con ellas. ¿Qué mejor oportunidad para empezar a preguntar?

Conociendo a Fin del mundo (Meet and Greet)

1. ¿Cómo ha sido la sensación del Tour, salir de Buenos aires y Chubut para viajar por Europa y ahora estar en Chile y Perú?

JULIETA H.: Viajar es un sueño cumplido para nosotras, nunca nos imaginamos viajar tanto por la música. Ya es un privilegio dedicarnos a la música, pero más allá de eso conocer otros países es una locura. Cada vez que vamos a otro país lo disfrutamos muchísimo, es una nueva experiencia, conocer la ciudad, bandas locales, es de lo más lindo.

JULIETA L.: Claro, aparte se unen las dos cosas que más nos gustan que es tocar con tus amigas y conocer lugares nuevos. Estamos lejos desde Argentina, no sabíamos que serían cinco horas de vuelo y pensamos que eran menos, pero nada, estamos muy felices de estar acá y gracias por recibirnos.

2. El en vivo en KEXP ayudó a catapultar su música a un público más grande y el poder contactar con una discográfica ¿cómo sienten que fue ese cambio hacia la notoriedad ante el público, hay una presión o por el contrario sienten que están tomando la bandera para guiar a otras bandas?

LUCIA: Tratamos siempre de tener los pies sobre la tierra, de saber que en Argentina hay muy buena música, hay bandas espectaculares. Nosotras somos una de tantas bandas hermosas que hay con chicas y nada, tratamos de centrarnos y también de hacernos cargo de representar bien al país de donde venimos y ser profesionales dentro de lo que se pueda.

JULIETA L: Yo creo que no sentimos presión porque no somos como se dice pretenciosas con lo que hacemos. Hacemos lo que nos gusta hacer. Lo que escuchas en el disco lo vas a escuchar en vivo, incluso es más lindo ver en vivo por los ambientes que se generan, así que tampoco creamos algo imposible de tocar en vivo o que nos genere dificultad y no nos metemos presión. Estamos muy relajadas en esto y disfrutando. Hace ya muchos años estamos en la música, veinte años aproximadamente cada una, pero como banda llevamos apenas seis recién. Así que esto para nosotras es un privilegio que estamos aprovechando. Respecto a discográficas, no tenemos, sino un sello pequeño en España que nos edita el vinilo y nos ayuda en Europa.

3. Al ser una banda que se autogestiona en las tareas que van más allá de la música y la composición ¿Cómo creen que es ese estilo de vida, influye al momento de componer o es solo una parte más?

JULIETA L: Para mí no influye, pero la autogestión si es una parte muy importante de la banda. Decimos autogestión, pero como estamos empezando a crecer si o si necesitas armar un equipo de trabajo porque en algún momento nosotras tenemos que componer. Bueno ahí sí. De repente al hacer muchas tareas te quita tiempo para composición, lo que estamos aprendiendo a hacer muy difícilmente es delegar esos trabajos porque nos cuesta soltar y confiar…

LUCIA: Porque uno va aprendiendo mucho en el camino, entonces medio que te sentís como que ya sabes algunas cosas del mercado y delegar esas cosas a alguien que no conoces en un principio es un poco difícil, pero estamos en ese momento de la banda que debes confiar y delegar para tener un tiempo musical, sobre todo. También creo que el hecho de viajar y conocer otras bandas en otros países ponele Austin TV, Viva Belgrado creo que nos han nutrido al momento de componer también.

JULIETA L: Y también se manejan muy parecido a nosotras porque son bandas que se autogestionan, que deciden donde van a tocar, pero tienen un equipo de trabajo que funciona bien con managers, diseñadores y pueden delegar sus tareas y seguir.

LUCIA: Son bandas que admiramos un montón y que nos eligen al momento de venir a Argentina para tocar con ellos y para nosotras ese es el mejor halago que podemos tener. Es como lo que nos dice que estamos yendo por el buen camino. Que las bandas que más te gusten de repente te conozcan y pidan tocar con vos es lo que nos reafirma que lo que estamos haciendo es lo que tenemos que hacer.

Vichama Conciertos: Membrillos + Kinder + FindelMundo

Algo me decía que debía llegar temprano, no sé si mi ansiedad por ver a la banda o simplemente evitar perderme todas las anécdotas que podían caer en la noche. Como sea, todo estaba listo y solo esperaba que sonara el gong mental para entrar a Vichama y lo primero que noto son caras familiares encargándose de ambientar lo que sería los últimos toques de una gran escenografía. Flores por todas partes colgando como si salieran de las paredes, del micrófono, del techo, de la cabina de sonido.

Semejaba todo un jardín que iba naciendo al mismo tiempo que las personas iban llegando. Poco a poco iba creciendo este concierto. Las calcomanías en el baño, los toques oscuros y fosforescentes en las paredes le daban un aspecto retro y colorido.

Al lado de una mesa cerca a la entrada estaban vendiendo merch de las bandas, también me encontré con Carmen y José de Umi Murasaki con quienes pude conversar un poco y conocerlos, mientras compraban unos polos de Fin del mundo, yo por mi parte había comprado el último disco de Kinder, era una noche especial y quería aprovechar en llevarme un recuerdo más de lo que presentía sería una noche emocionalmente estridente.

De pronto, como si me sacaran de la preocupación de algún pensamiento tonto, la luz se encendió en colores violeta y azul dejando ver toda la belleza del decorado de flores y Los membrillos empezaron a tocar. Había una sola palabra que podía definir el momento: ESTRUENDO. El más puro y duro shoegaze y noise.

La gente empezó a ser atraída hacia el escenario al mismo tiempo que el altavoz los empujaba hacia atrás, era la sensación más vivida y cercana a la que sería estar en un choque automovilístico. Con una batería fuerte y afilada la recodaré como una disputa de guitarras, bastante destacable y ruidosa. Tocaron algunos de sus más recientes sencillos de su próximo debut: Espirales y Millones de colores.

Creo que uno de los temas que más me encantó escuchar fue Desaparecer esa sensación de distorsión y calma armonizados por la angelical voz de Lilith y el coro hicieron que sintiera una especie de nostalgia inexistente, digo inexistente porque el tema apenas salió el año pasado, ¿vaticino que será un clásico? Sí, ¿por qué no?

Tan pronto estaba en el entretiempo logré encontrarme a las Fin del mundo y pude tomarme una última foto con algunas de ellas, realmente siempre agradezco esa disposición de los artistas de poder ser tan cercanos a su público. Queda para mis memorias.

Enseguida suben al escenario Kinder quienes tienen una trayectoria de veinte años y se preparaban para tocar. Debo decir que la sorpresa me invadió por completo, creo que en mis cortos años pocas veces tuve una sensación de asombro y deleite con una banda en vivo como lo tuve cuando empezaron a tocar Dream master. Soy un fanático del Math rock, bandas como Don Caballero, pero también actuales como Black midi están en mi repertorio de favoritos, pero el estilo que tiene Kinder me parece uno bastante único, los colores, además de ese agregado electrónico en loop, glitch que parece que va en carrera con un metrónomo fue una presentación espectacular y estoy seguro que esa noche nacieron nuevos fans de la banda. Mis favoritos fueron Winnie looper, El exilio de Godomar y Punto de fuga. Espero poder verlos en vivo en una próxima oportunidad, despertaron al público y los dejaron listos para el plato principal de la noche.

¡Fin del mundo! Gritaba alguien desde el fondo mientras las cámaras disparaban los flashes y todos coordinaban el pulso listo para grabar. La bulla se apoderó de todo el local cuando el grupo subió al escenario, la gente estaba encendida, el humo de los cigarros se dispersaba y la luz se hizo.

Hacia un buen tiempo necesitaba escuchar Hicimos crecer un bosque y la experiencia fue única, lleno de sentimientos, post-rock, indie, shoegaze, estábamos todos viviéndolo frente a nosotros. Una temporada en el invierno y Vivimos lejos sonaron como nunca, la gente coreaba la letra y marcaba el compás. Parecía que habíamos vuelto en otro tiempo, otro espacio. Entrabamos al bosque encendido entero.

Con Refugio afloró la intensidad y la emoción, esa bucólica forma de escuchar y de pronto ver un paisaje se te implanta en la mente, una especie de trance que al mismo tiempo que cambia el tema a un riff pesado como una ráfaga de viento que se estrella en tu rostro y te despierta. Y con Devenir paisaje, El día de las flores y Vendrá la calma que son tres de mis temas favoritos del disco se entregó toda la pasión que se pudo, la intensidad estuvo puesta, la gente gritaba, el bajo de Yanina, las guitarras de Lucia y Julieta se lucieron, la batería también de Julieta estuvo afilada y potente.

Dieron una gran performance para las cámaras. El grupo decidió cerrar casualmente con el primer y último tema de su primer disco La noche y El incendio este era el más pedido por el público y ¿cómo no? Si es tremenda esa canción. La gente se dejó llevar, era un vaivén de emociones, ritmo, baile. La pista era un incendio, las palabras se quemaban en el aire, el ánimo subió hasta el techo.

Quizá era por la pronta despedida o por todos los recuerdos que aparecen en una canción, todo junto a la ilusión que es escucharlas en vivo y con eso la noche se cerraba en Vichama. Siento que Hicimos crecer un bosque tiene que ver con la maduración que han alcanzado en la música y su propio sonido, pero también de ese poder que tiene la música de brotar sentimientos, evocar lugares y momentos, contar una historia reflejada en muchas, además de conectarlo con la naturaleza y las personas que conocemos.

Había esa noche un chico el cual me contó, mientras hacía fila para entrar al inicio de todo, que este era su primer concierto y estoy seguro que lo recordará hasta el día que se muera o ¿Qué se yo? Hasta que llegue el fin del mundo tal vez.

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