Monsieur Petrucciani: ¿Por qué sentir?

© Pilar Fonseca

Recomendación musical por Pilar Fonseca

Sentir(se).  ‘Experimentar [una sensación]’, ‘percibir [algo] por los sentidos, especialmente por el oído o el tacto’, ‘percibir(se) en un determinado estado o situación’.

Robert Bresson decía que a él le importaba más que sientan sus películas a que las entiendan y es curioso cómo una pieza estética puede llevarnos a experimentar, percibir, contemplar otras dimensiones de nosotros mismos. Que nos den esa mágica claridad -nuestra propia Eureka- que nos despierta de ese tedio diario llamado rutina.

Siento en cuanto existo, sería la premisa a abordar. Y es que debo confesar que no puedo vivir mi vida más que sintiéndola; en lo que leo, en lo que oigo, en lo que camino, en lo que respiro, en lo que rio y por ratos, en lo que pedaleo.

Medley of my favorite songs (Popurrí de mis canciones favoritas) de Michel Petrucciani es una de ellas. Michel Petrucciani (1962-1999) fue un gran pianista francés de jazz, y es que no sólo es la destreza para hacer del instrumento una extensión de sí mismo sino que a la vez, es contarte una historia con sonidos cargados de emociones. Emoción. Sonido. Parecen dos cosas diferentes pero no lo son y si oyes con atención este maravilloso concierto grabado en vivo serás arrastrado por melodías llenas de vitalidad, fuerza, agudeza, pero también de una delicadeza propia de cuando se ama. 

Engarza tan bien un tema con otro que no hay necesidad de detenerse, te seduce. Definitivamente, no es de los pianistas que te traerán la calma. Petrucciani es pura intensidad, sobresalto (del bueno) que no sabes a donde te llevará, casi como estar enamorado.

Uno de los standards probablemente más conocidos del disco sea My Funny Valentine, es talento del músico imprimirle su sello, hacer suya la canción y que sientas que es la primera vez que la estás oyendo y vaya que lo hace. Este cúpido es necio y terco, agudo e intenso, pero no menos juguetón. 

In a Sentimental Mood es otra de las piezas de lujo en el disco y no lo digo porque me guste mucho el jazz, es belleza pura. Sólo hay que estar dispuesto a oír(se) para sentir(se). Haz la prueba, óyelo, será una grata sorpresa, pero para que funcione deberás dejarte llevar.

Y si estás líneas te hicieron pensar que Petrucciani la tuvo fácil, pues déjame decirte que estás muy equivocado. Michel nació con un mal llamado Osteogénesis imperfecta o huesos de cristal. Esta enfermedad hizo que aprendiera y se enfocara casi exclusivamente en tocar el piano desde niño, y  que posteriormente tuviese que usar adaptadores para alcanzar los pedales del instrumento. 

Nada es fácil pero tampoco imposible y Petrucciani desafía está frase de manera magistral.

Esta es la recomendación que te propongo hoy para hacer felices a tus oídos y a tu espíritu: Michel Petrucciani - Au Theatre Des Champs-Elysees (1995) Medley of favorite songs (41:53 minutos continuos)

 

 

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