'Filoctetes', una adaptación escénica del Grupo Lot Perú. / Foto: Difusión
Una enorme pantalla funciona como telón de fondo del escenario. En ella, lo que sucede en escena se replica, aportando un simultáneo punto de vista que provoca cierto desconcierto en el espectador. Es difícil saber hacia donde uno debe mirar, obligando al público acostumbrado al teatro tradicional a salir de su zona de confort. ¿Debemos dirigir nuestra mirada hacia la acción que desarrollan los actores de carne y hueso sobre el escenario? ¿O más bien debemos prestar atención a ese espejo virtual que duplica y traduce en imágenes digitales lo que se nos está contando?
Un evento fortuito –el atropello de un perro– es el detonante de una serie de acontecimientos que ponen en evidencia las fisuras existenciales de cinco personajes. El hecho anecdótico se convierte entonces en encrucijada de vidas inconexas, y las enfrenta unas a otras. Esto sucede en la Lima actual, la gran ciudad que vuelve insignificantes a 10 millones de personas; la metrópolis que asfixia, que es inabarcable, que resulta fascinante y rotunda. Un escenario sobredimensionado donde la coexistencia de sus habitantes no resiste argumentos lógicos, y cada uno parece hacer la guerra por su cuenta. Entonces, ¿dónde refugiarse para sobrevivir al naufragio social? ¿Existe realmente un lugar dentro de la maraña urbana donde sentirse a salvo?