Ética Skura atrapa la naturaleza viva a través de la sensibilidad del metal. Su método artístico implica la observación constante y capturar lo que ella califica como el “instante”. Dice la artista: “El metal es mi lenguaje y mediante él expreso lo que siento, lo que me apasiona, lo que vibra cuando observo el mundo y me sorprende”.
Las obras de Ética son un exitoso intento de que la naturaleza perdure y no se destruya, de acuerdo al mensaje ecológico y de conservación urgente en la actualidad. Es una alquimia que consigue transformar el objeto de la naturaleza en un objeto metálico, pero de equivalente sensibilidad y belleza.
Titulada Victoria regia en homenaje a la flor acuática más grande del mundo, Ética nos adelanta: “Es un homenaje a la naturaleza, a la impresión que me causó visitar la reserva Pacaya Samaria, en el río Nauta. Cuando llegué a aquel lugar por primera vez sentí que me encontraba al interior de un cuadro de perfección incomparable, lleno de textura, color, vida, fuerza: una obra atemporal”.
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