Para la investigadora de la Università degli Studi di Firenze, la doctora Martha Canfield, “el surgimiento de la pintura abstracta en el Perú ha abierto el camino a nuevas formas de expresión imprevisibles y sorprendentes, como la pintura sincromista, en la que el color y el sonido son fenómenos similares, o la más reciente plunderfonía, que consiste en la re-composición y re-semantización del espacio físico, o los soundscapes, o paisajes sonoros, definidos como construcciones abstractas en las que composiciones musicales, montajes analógicos y digitales se presentan como ambientes sonoros. Tales modalidades artísticas son las que nos propone Jorge Arce, desde hace casi tres lustros, asumiendo técnicas y conceptos revolucionarios.
No todos los artistas, ni todos los escritores, tienen una clara conciencia de los mecanismos y de las bases filosóficas que guían su propia creación. Jorge Arce es una excepción en esto: su conciencia es minuciosa y precisa; su lenguaje, exquisito y eficaz. Y la manera en que teoriza su propia obra está marcada, como él mismo se atreve a reconocer, por el vértigo más absoluto del lirismo (…): 'Mi pintura no es otra cosa que el grito agónico del recluso que araña la superficie mohosa de su celda y su cuerpo'.
Ese arañar la superficie de la celda crea, sin duda, sonidos, vibraciones y figuras inciertas en las cuales los sentidos se sumergen para perderse en una fusión de música y forma, más allá del tiempo y del espacio, donde la esencia del ser se revela. Y en ese suspiro creativo, la obra que emerge contiene y comunica a la vez misterio y luz”.
INGRESO LIBRE